La Corrupción en Coacalco y en México.

Acabo de ver a la Patrulla SC-306 de Coacalco, como siempre, mordiendo. Y es que eso es lo único que saben hacer bien. Son corruptos hasta el hueso.
Siento una gran rabia al ver cómo nuestras autoridades, que son las que supuestamente las encargadas de hacer valer la ley, la infringen. 
En México, la ley no aplica. En México todos nos pasamos la ley por donde menos nos importa. Y eso no es justo. No es justo porque los vivimos dentro de la ley estamos incapacitados para hacer muchas cosas, mientras que los que la violan hacen lo que se les da la regada gana. A mi nada me da derecho a romper a atacar, a dañar a otra persona, a su vienes sólo por el hecho de estar inconforme con algo. 
¿Quién debe encargarse de hacer cumplir la ley? Se supone que las autoridades, pero sin duda, nadie es capaz de hacerlo, Nadie quiere tomar la responsabilidad. Se me ha ocurrido enviar un memorándum a la CNDH y a las instancias correspondientes para que se pueda hacer algo. Porque realmente estoy harto. Estoy totalmente asqueado de todo lo que está pasando. Y más que quejarme tengo que hacer algo ya. Y eso es lo que debemos hacer todos los mexicanos. Actuar y no nada más hablar. Tomar la medida para corregir no, simplemente quejarnos. 
Es fácil echarle la culpa al gobierno de todos nuestros fracasos, pero somos incapaces de admitir nuestros propios errores y en México esto es el pan nuestro de cada día. Quisiera salir a la calle con el derecho y el poder de llamar la atención a aquellos que no hagan lo correcto, que no vivan en la ley. Por ejemplo, en la Av. Mexiquense se ha colocado sobre la banqueta un puesto que vende pan de feria y para poder pasar, las personas tienen que bajarse a la calle, con riesgo de ser atropellados porque el sujeto está estorbando de los peatones. Y a los peatones ¿Quién nos defiende? ¿La policía? El policía que cuando nos ve caminando, nos detiene, husmea en nuestros bolsillos y nos roba lo que encuentra o nos planta alguna droga con el fin de llevarnos a MP. El policía que si te le quedas viendo te detienes y te sube a la patrulla a punta de toletazos y te inventa cargos como “insultos a la autoridad” o “entorpecimiento de la ley”. Y para colmo, el juez conciliador que se debe encargar de discernir si procede o no, de diferenciar lo que está bien de lo que está mal; esta en complicidad con ellos y solo se ríen y se burlan mientras te enjaretan una multa de $2000.00 y si no tienes el dinero, te habientes 36 horas encerrado sólo porque al patrullero no le gustó cómo lo viste. Y no puedes hacer nada. 
¿Y qué puedes hacer? Nada. Sales de los separos y vas a contraloría a levantar una queja y hasta ahí queda. Y los sujetos que te llevaron siguen como si nada subiendo gente a diestra y siniestra como si tuvieran una cuota que cumplir. Y ves a la estúpida comandante de Coacalco una mujer gorda, pelona, chaparra que parece más hombre que mujer. Una mujer a la que se le ve la cara de ser una maldita desgraciada.
En Coacalco, los parques públicos se quitan y se vuelven centros comerciales, los lugares deportivos se vuelven mercado, en locales de comercio. El candidato, en campaña, promete que no habrá más construcciones de unidades habitacionales y en el segundo de su mandato comienzan construcciones de ¿qué creen? Unidades Habitacionales.
La democracia, en México, simplemente no sirve. ¿Cómo puede un niño saber qué es lo mejor para él? ¿Así mismo, cómo puede un pueblo ignorante saber quién le conviene por gobernante? La gente se siente con derecho de invadir y adueñarse de los lugares públicos.
“¡Hey, estúpido! ¡El área pública es pública!” Cómo el estúpido de mi vecino que ha colocado una piedra enorme en la banqueta a mitad del camino. Mi padre se ha golpeado con ella y se ha lastimado. ¡Mi padre tiene 71 años! ¿Y qué creen que el idiota me dijo cuándo le reclamé? El pendejo me respondió que era la banqueta de su casa, que era su terreno. ¡O sea que no se la $%&”! ¿Qué tipo de idiota crees que la banqueta es su propiedad? ¡La banqueta es PÚBLICA! 
Y luego le echamos toda la culpa al gobierno. Nos vamos a buscar trabajo y lo único que hacemos es quejarnos. “Que está muy lejos”, “Que pagan poco”, “Que no es lo que queremos” y luego culpamos al gobierno. No encuentro trabajo porque estoy en casa rascándome las pelotas y enojado por no trabajar le echo la culpa al gobierno. 
Que fácil decir: “Pinche EPN por tu culpa no está llevando el carajo”. Pero no, a México se lo está llevando el carajo por su gente que no ve más allá de sus narices. En México si alguien tienes 5 mil pesos y en lugar de invertirlos en algo de provecho, lo primero que hace es una fiesta. Se gasta todo el pinche dinero en una fiesta. 
Que indignación siento. ¿Cómo fue que México se volvió así? Cobarde, miedoso. Atracan a alguien y la gente, en lugar de hacer algo, solo se esconde como ratas asustadas. En lugar de ayudar, de denunciar, de actuar. No, en lugar de eso aplauden la delincuencia: “El que no tranza no avanza”. “¡Bravo, mi hijo se lo chingó!” “¡Mi hijo es el más cabrón!” Roba algo y se lo felicitan y así crían rateros. ¿Y qué pasa con ese niño? Pues nada, que crece robando, que se vuelve policía y sigue robando; o bien, que estudia leyes, que se vuelve político, que bueno lavando el coco, que la gente lo escoge y que se vuelve presidente, y ahí está un mugroso ratero presidente. ¿Y quién tuvo la culpa? Pues el gobierno. Cómo si el gobierno le hubiera dicho al padre que lo educara mal. ¡El padre es el culpable, porque no crio bien a su hijo! Criamos rateros, ladrones sin vergüenza y luego nos quejamos porque son rateros, ladrones sin vergüenza. ¡Y cuidado si le llamo la atención a un niño porque se está robando algo! ¡Cuidado! Porque llega el padre y encabronado me echa bronca. “Es mi hijo, ¿Tú qué te clavas?” 
El idioma también se está yendo al caño. “Oye güey” “¿Qué güey?” “Ese güey está bien güey, güey” güey, güey, güey, güey, güey, güey, para todo güey. ¿Y si exiges que se te respete? Salen con esta pendejada: “Te chingas, yo así hablo y si no te gusta, a la verga puto”. ¡HABLA BIEN! ¿Qué carajo no puedes hacerlo? Es algo que has hecho desde niño ¿Y no puedes hacerlo bien? Desde la primaria te hacen realizar planas y planas de conjugaciones de verbo y sigues diciendo “haiga”, “vistes”, “arrebazar”, “peliar”; en lugar de poner “que” pones una “k”. Y si te corrigen, te sientas en tu macho y sales con la pendejada: “Así soy yo ¿y qué?” Por eso a México se lo lleva la chingada.
En lugar de cambiar, de hacer algo por mejorar. Nos enorgullecemos de nuestro despilfarro. No tiene nada de malo estar orgullosos de ser mexicano. Gritamos “Viva México” “mexicano a mucha honra” y usamos palabras en inglés, adoramos las cosas gringas sobre de la nacionales. 
Y para colmo no somos solidarios. No, claro. En lugar de ayudarnos no estorbamos. No queremos triunfar y en consecuencia no queremos que otros triunfen. Cuando vemos que alguien le está yendo bien, hacemos lo posible para que no logre sus cometidos. En fin. Así es México. No, México no es así. Así es su gente. ¿Y qué más se puede hacer? Seguir adelante, continuar avanzando: poco a poco y paso a paso. 

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